Dentro de sí mismos, aislados de todo lo que le rodea, con un lenguaje escaso o repetitivo, indiferentes a las manifestaciones de afectos y juguetes, a veces agresivos y con una gran dificultad para la integración y la adaptación
POR NELLY RAMÍREZ
Observar entre un grupo de niños y niñas que juegan, saltan, hablan y comparten entre sí, a uno que se mantiene aislado, que ignora lo que sucede, ni triste ni alegre, es algo que puede pasar desapercibido en nuestra sociedad si no existe la orientación de que esa conducta puede ser la de un autista.
El término autismo en muy joven en el vocabulario médico y aún se conoce muy poco de esta condición que padecen básicamente los niños, y a la que anteriormente se confundía con retardo mental, según explica la pediatra neuróloga, Dayana C. González.
Indica que desde los tres meses de nacido del niño, la madre se puede dar cuenta si éste padece de autismo, debido a que en esta etapa ya deben establecer un contacto visual fijo, reír y gorjear.
“Un bebé de esta edad que se mantenga mirando para arriba y no mire a la madre, puede ser un niño autista”, dice.
“Es importante un diagnóstico temprano cuando se observa a un niño con estas características. Años atrás no se hablaba de autismo, aunque existía, pero esta condición se catalogaba como un retardo mental. Cuando se observaba a un niño que no era igual que los demás, no se integraba socialmente y no tenía un adecuado proceso de aprendizaje se le calificaba como enfermo”.
La pediatra neuróloga, especialista en electroencefalografía infantil, dice que en la actualidad, ya se sabe que esto corresponde a un trastorno, no a una afección de la psiquis.
Estos niños tienen problemas en cuanto a la parte afectiva y social, por lo que es muy difícil su integración con los demás: tienen conductas inadecuadas, no se adaptan, y son selectivos con los alimentos. “Es posible que en algunos casos a estos niños les dé con comer todos los días habichuelas, o les coja con un determinado color de un vegetal o fruta. Una de sus particularidades principales es que son inflexibles”, afirma.
Recomendaciones a los padres
Los padres con niños que padecen de esta condición necesitan mucha paciencia y tolerancia, darles mucho amor, dedicación y apoyo.
Para lograr la rehabilitación de estos niños, lo más importante es la integración y concienciación de la familia, porque cuando esto ocurre, se acepta que hay asumir esta difícil tarea.
Se debe reconocer que hay un problema y que debe enfrentarse. Se debe trabajar la parte afectiva de los niños, integrarlos a las actividades y no dejarlos en su propio mundo.
En cuanto al aprendizaje, es recomendable que reciban enseñanza individualizada y que se integren con niños no autistas, no aislarlos en una escuela especial, sino incluirlos con los que no tienen esta condición.
“Cuando ponemos a estos niños con otros que tal vez están en situaciones peores que ellos, se da el caso que lo que hacen es imitar lo que hacen aquéllos, entonces retroceden en su aprendizaje”
Los diferentes tipos o grados de autismo
Existen distintos grados o tipos de autismo: el típico es cuando el niño presenta una conducta totalmente aislada, tiene dificultad en el lenguaje y solo aprende las cosas básicas para sobrevivir en la vida. Estos niños tienen un proceso de aprendizaje bajo.
Está también la derivación de esta condición conocida como el síndrome de Asperger, una categoría en la que los niños, pese a que muestran signos de aislamiento y dificultad para socializar, tienen un alto rendimiento en la escuela, pudiendo incluso ir a la universidad. “Estos niños se desarrollan muy bien en lo que les guste, en cualquier área del saber”.
Otro tipo de autismo es el conocido como síndrome de Rett, muy común en las niñas, que consiste en una regresión del desarrollo, en la que se pierden las habilidades adquiridas. Cuando esto ocurre las niñas empiezan a mostrar características autistas. En est ecaso lo que ocurre es una pérdida de la mielina, proteína que recorre las fibras nerviosas, en la sustancia blanca del cerebro.
Las niñas con esta condición pierden todas sus habilidades, sufren de lo que se denomina aerofagia, inflación en la barriga y desarrollan un tipo de epilepsia muy difícil de controlar. Por lo general mueren a los diez años, explicó la pediatra neuróloga, quien también trabaja en la unidad de sueño y epilepsia.
Cómo saber cuando un niño tiene esta condición
Lo primero es que los niños autistas no juegan como los demás, no se alegran al ver un juguete, no reaccionan ante un gesto de cariño, es como si no hubiese nada a su alrededor, explica la doctora.
“Si a los dos o tres años un niño no ha completado su lenguaje, o ha aprendido algunas palabras y luego retrocede, las deja de decir, es porque ha habido una regresión de lo aprendido, y podemos decir que estamos ante un niño con la condición”, añade.
Características principales de los niños autistas
*Generalmente se quedan aislados en una esquina, como si no escucharan ni vieran nada de lo que pasa a su alrededor.
*No juegan con los demás, ni como lo demás, son persistentes con determinados objetos.
*No reaccionan ante la gracia de otro niño o de los padres.
*Les atraen los abanicos y bombillos para apagar y prender.
*En determinado momento pueden llegar hasta a desnudarse en público.
*No son afectivos.
Los niños que tienen esta condición son personas muy especiales a los que hay que tratar con disposición y entenderle cuando requiere de una mayor atención, indica la doctora González.
“Muchas veces su conducta rebelde se debe a que no se le entiende y se siente incómodos con los demás, es por eso que las madres y las personas que está a su alrededor, profesores, compañeros de la escuela, tíos, primos y personas cercanas deben están conscientes de cuál es la realidad de esta condición”.
“Lo más importante es que toda la familia se integre y acepte que es una responsabilidad de todos trabajar por la rehabilitación de ese o esos miembros de la familia que vinieron al mundo con esta afección mental”.
Añade, asimismo, que los padres deben estar claros en que muchos de estos niños cuando se les trata a tiempo pueden estudiar y ser personas productivas en la sociedad.
“No hay que recluirlos, sino impulsarlos y motivarlos en las áreas que ellos demuestren que tienen mayor afinidad, porque casi siempre cuando esto ocurre son los mejores de sus escuelas o facultades”, concluye esta entrevista para ¡Vivir!.
Grupo de Apoyo a Padres
Es una entidad recién fundada, que nace de la iniciativa de Odile Villavizar, madre de dos hijos con esta condición, quien sintió la necesidad de unirse a otras personas con las que pudiera compartir sus vicisitudes y experiencias sobre este trastorno.
La idea, nos cuenta Odile, es que esta asociación de padres con hijos autistas realice charlas con especialistas y encuentros que les beneficien y les ayuden a socializar y comprender que “a veces el problema de uno no es tan grande cuando se mira alrededor o más allá”.
Odile Villavizar comenta que más de 50 padres se han comunicado a través de la dirección Grupo de Apoyo a Padres@gmail.com, manifestando su interés en integrarse a esta asociación.
El plan es que los padres de niños con autismo se reúnan cada dos meses con un especialista del área para que les ayude y oriente en cómo manejar la conducta de sus hijos.
“La idea es que las madres y padres que tienen hijos con autismo o alguna de sus variaciones nos convirtamos en una familia de apoyo”, explica Odile.
El diagnóstico
En la primera etapa el pediatra puede darse cuenta del problema y comunicarlo a los padres, y ellos una vez conscientes del problema, deben referirlo a un pediatra neurólogo.
En el país hay muchos casos de niños autistas, pero no se tienen estadísticas sobre éstos ni por qué ocurren, ya que los organismos encargados están dispersos, y muchas personas que tienen hijos con la afección no aceptan la realidad, afirma.
“Las causas que producen autismo son múltiples, pero aún no se sabe a ciencia cierta, pues hay varias teorías. Se sabe de los componentes genéticos, y que una madre que tenga un niño autista tiene una predisposición de un 50% a 75% de tener otro igual; se habla también de las condiciones del medio ambiente, de los alimentos, de las condiciones perinatales, es decir, el lugar donde se desarrolla el parto, pero no se ha determinado aún el porqué estos niños nacen así”, expresa.
La doctora indica que en principio los autistas pueden confundirse con niños hiperactivos o con déficit de atención, pero no es así, porque las características principales de los primeros “es que su afectividad y sus emociones están comprometidas”.
Precisa que en algunos momentos estos niños pueden hablar bastante, pero no entender lo que dicen, lo que determina que tienen un desorden del desarrollo.
Otro dato ofrecido por la neuróloga pediátrica es que el autismo es poco común en las niñas. Es más frecuente en los varones: “uno de cada diez varones puede tener la condición”.