Wednesday, December 10, 2008

La oracion en tiempo de prueba

1. Reflexión y oración en grupo

  • El Éxodo continúa en la historia del Pueblo de Dios.
    ¿Qué formas asume hoy ese Exodo para la Iglesia de Jesús, especialmente en esta nuestra parte del mundo y en nuestro país?
  • "He visto la opresión de mi pueblo. He escuchado su grito. He bajado a librarlo" (Ex 3,7).
    ¿De qué pruebas viene hoy Dios a librar a su Iglesia? ¿Cómo puede la Iglesia, en nuestro país, acoger y apresurar esa liberación?
  • La respuesta de Dios a los gritos de angustia de su pueblo es una llamada a la libertad; y esa libertad se nos ofrece en Jesucristo: "Si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres " (Jn 8, 36).
    ¿Qué clase de libertad ha puesto Cristo como centro de su mensaje?
  • La primera respuesta que el Liberador pide a su pueblo es la solidaridad. El pueblo que atraviesa el Mar Rojo está ya en busca de su unidad.- una misma referencia al Dios Uno, una misma confianza en su acción en la historia, una misma esperanza en la Tierra que él promete.
    ¿Cuáles son las solidaridades más urgentes que espera Cristo de sus discípulos en nuestro país?
  • Para el Pueblo de Dios, el Éxodo será siempre una larga aventura de fe. También hoy nosotros tenemos que ponernos en camino, tenemos que renunciar a las seguridades inmediatas ligadas a servidumbres. Tenemos que aceptar también nosotros la travesía de nuestros desiertos modernos, las lentitudes colectivas y las largas paciencias de Dios.

  • Para nosotros, discípulos de Cristo,
    ¿qué representa la tierra prometida ?¿Qué horizonte para el camino tenemos ante los ojos? ¿Cuál es la motivación última de nuestros desvelos? La toma de posesión de esa tierra prometida requiere siempre tiempo: ¿son constructivas nuestras impaciencias?
  • Las maravillas de Dios acompañan el paso de su Iglesia.
    ¿Cuáles son, para nosotros los cristianos, los equivalentes del paso del Mar Rojo? ¿de la Nube que guía día y noche? ¿del Maná de cada día? ¿del agua de la Roca? ¿De qué maravillas de Dios puede hacer memoria nuestra comunidad?¿ Qué Liberador, qué Mediador nos ha dado Dios? ¿Nos ha manifestado Dios su presencia en Tierra Santa?
  • Para vivir en clave de Éxodo, hay que apoyarse en la promesa de Dios:
    ¿qué hacemos nosotros para despertar, comunitariamente, nuestra esperanza?
    Para vivir la Nueva Alianza, es preciso aceptar la reciprocidad y nuestro compromiso debe responder al compromiso de Dios:
    ¿a qué ídolos tenemos que renunciar hoy, a qué obras de nuestras manos o de nuestro espíritu? ¿cuál es nuestro becerro de oro? ¿cómo acogemos en nuestra mente y en nuestro corazón la ley de Cristo (Ga 6,2), la ley del Espíritu (Rm 8, 2), la ley perfecta de los hombres libres (St 1,25), las Bienaventuranzas (Mi 5,3-11), el mandamiento del amor, que es la perfección de toda la ley (Rm 13,10)?

  • 2. Para la oración personal
    1. Moisés se deja intrigar por el misterio: "voy a acercarme a mirar este espec¬táculo tan admirable: cómo es que no se quema la zarza " (Ex 3,3). Yhwh vio que Moisés se acercaba a mirar y lo llamó desde la zarza: "Moisés, Moisés". Y Moisés respondió: "Aquí estoy".

    2. Moisés se siente atraído por Dios, y, sin embargo, intenta repetidamente eludir su misión: '¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?" (Ex 3,11) . "Si ellos me preguntan cómo se llama (Dios), ¿qué les diré?" (3,13). " ¿Y si no me creen ni me hacen caso, y dicen que no se me ha aparecido el Señor?" (4,1). "Discúlpame, Señor, yo no tengo facilidad de palabra" (4,10). "No, Señor, envía al que tengas que enviar" (4,13). Pero Yhwh mantiene su llamada: "¡Yo estaré contigo!" (4,12). "Por tanto, ve; yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que tienes que decir" (4,13).

    3. Los hombres de fe responden a Dios con su temperamento, con sus miedos instintivos (como Gedeón en Jc 6-7, o Jeremías en Jr 1) o su hermosa espontaneidad (como Isaías en Is 6). Con esa misma promesa reconforta Jesús a los que él envía: "Id y haced discípulos de todas las naciones. [...] Mirad que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mt 28,19-20); "Yo le pediré al Padre que os dé otro abogado que esté siempre con vosotros: el Espíritu de la verdad" (Jn 14,16).

    4. Moisés se sintió muchas veces aplastado por su misión, hasta el punto que un día le dijo a Yhwh: ¿He concebido yo a este pueblo o lo he dado a luz para que me digas: Coge en brazos a este pueblo? Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas" (Nm 11,11s). Pero ese mismo Moisés, que conoce tan bien su debilidad, halla fuerzas para reanimar a su pueblo: "No tengáis miedo, estad firmes y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy" (Ex 14,13).

    5. En el momento más intenso de su intercesión, Moisés dice que está dispuesto a sacrificarse por el pueblo: "Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras de tu registro ". Y Yhwh dijo a Moisés: "A] que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije" (Ex 32, 31-34).

    6. El atrevimiento de Moisés se basa en esta palabra que Dios le ha dado: "Yo te trato personalmente y gozas de mi favor". Y Moisés, seguro de esa palabra de Yhwh, presiona el corazón de Dios: "Si gozo de tu favor, enséñame el camino, y así sabré que gozo de tu favor; además, ten en cuenta que esta gente es tu pueblo". Y el Señor le respondió: "Yo en persona iré caminando para llevarte al descanso". Y Moisés le dijo: "Si no vienes en persona, no nos hagas salir de aquí. Pues ¿en qué se conocerá que yo y mi pueblo gozamos de tu favor sino en el hecho de que vas con nosotros? Esto nos distinguirá a mí y a mi pueblo de los demás pueblos de la tierra ". Y Yhwh dijo a Moisés: "También esta petición te la concedo, porque gozas de mi favor y te trato personalmente" (Ex 33,12-17).

    7. Sin embargo, hay una gracia que Yhwh no puede conceder a su amigo mientras viva en la tierra, y es dejarle ver su rostro o su gloria: "Ahí, junto a la roca, tienes un sitio donde ponerte. Cuando pase mi gloria, te meteré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi palma hasta que haya pasado, y cuando retire la mano podrás ver mi espalda, pero mi rostro no lo verás" (Ex 33,22s).

    8. Pero el encuentro con Dios marcó a Moisés, y, cuando baje del Monte, sobre su rostro seguirá irradiando un reflejo de la gloria de Dios, de manera que tendrá que cubrirse la cara con un velo cuando hable a los hijos de Israel.

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