¿Sexy o vulgar?

Sacar a “pasear” los senos es atractivo si no exageramos

Ocurrió así. Ese día la chica decidió sacar a pasear su busto. Metió sus senos en un sostén de una copa más pequeña y sin encomendarse a nadie, violando toda ley de estética y buen gusto, se lanzó a la calle en búsqueda de miradas, porque no veo otra razón para semejante tortura. (Si las pobres “niñas” pudieran hablar…)

El detalle es que la chica parecía que en algún momento reventaría. Juro que le faltaba la respiración y hasta me pareció que se tornaba de un leve color violeta. Pero allí estaba, feliz. Con su busto bien parado, casi llegándole al mentón y un “cleavage” exagerado nada envidiable, similar a un dispositivo para deslizar una tarjeta de crédito.

Las personas la miraban y cómo evitarlo, si parecía que las marimbas se saldrían de la cueva en cualquier momento. Y ella con su pose de seductora, alimentando la pupila de muchos caballeros, destrozando la autoestima de las que poco tienen, provocando la envidia de las inseguras y la compasión de las que le creen burda.

Le comenté a mi amiga que se fijara en el espectáculo y ella me dijo que yo era una envidiosa porque la chica era osada y sin ambages mostraba sus encantos. “Eso ser sexy”, me dijo.

¿Cóoomo? Ahí es donde me pierdo en todo esto, porque es bien fina la línea que distingue lo sexy de lo vulgar. Una cosa es enseñar algo de los senos y otra es sacarlos todos afuera sin dejar nada a la imaginación. Y claro, usted dirá que a quien Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga. Pero hay que tener prudencia, ¡Roma no se hizo en un día!

Hasta hace unos años me ponía verde de envidia cuando veía a una mujer con un “cleavage” pronunciado y unos senos perfectos saliéndose del sostén, pero tan pronto me compré mis “push-ups” todo cambió, he vuelto a vivir y me siento súper sexy.

Eso no quiere decir que ando con ellas al descubierto, o que me las escondo tras un sweater cuello de tortuga. Nada que ver. A menudo salimos de paseo, pero con decoro y un dejo de sensualidad.

Todo no puede enseñarse de cantazo. ¿Y para luego qué se deja?